1979. Primera parte: Introducción.

La primera película introduce al binomio de protagonistas y su particular encuentro en el 221b de la calle Baker. Cuando Watson llega con su amigo, Holmes estaba realizando un experimento a través de tubos y reacciones químicas. Su felicidad por el resultado del mismo contrasta con la inexpresión de Watson (todo un detalle de esta versión, ya que habitualmente es al revés). Holmes ha descubierto un compuesto que reacciona a la presencia de hemoglobina. Watson le pregunta por su utilidad y Sherlock hace un largo y encendido desarrollo sobre su importancia en la ciencia forense, para poder determinar si una mancha en la ropa o manos de un acusado es efectivamente sangre o no, pudiendo ser la diferencia de una sentencia de culpabilidad o inocencia.
Watson, un poco aturdido, decide finalmente mudarse allí. Sin conocer aún la profesión de Holmes,  le señala que a él “le gusta ocuparse de sus propios asuntos”. En un delicioso contrapunto, Sherlock le responde que le gusta “meter las narices en asuntos ajenos”.
Ya instalado Watson, la convivencia no empieza de la mejor manera. Sherlock no le presta atención a su nuevo compañero, un mendigo entra en la casa sin pedir permiso, los chicos de la calle buscan a Holmes. La señora Hudson, la casera, prefiere no meterse en los asuntos de su particular inquilino.

El siguiente contrapunto fuerte se da cuando Sherlock Holmes revisa los objetos personales de Watson y da con un libro de Charles Dickens (todo un guiño a la literatura universal), por lo que comienza otra de sus alocuciones sobre su desinterés por la literatura y los conocimientos generales. Watson se exaspera al escuchar a Holmes decir, con visiblemente ironía, que había olvidado que la Tierra gira alrededor del Sol, ya que su percepción le da a entender lo contrario.
En una escena hilarante, Watson, ya harto de los misterios de su compañero de departamento, le propone un combate de boxeo. Sherlock lo desmaya, y luego le revela su trabajo de detective, la razón de sus extraños comportamientos y visitantes. Una vez arregladas las cosas, la primera aventura de ambos se pone en marcha.

Una joven (Helen) se presenta asustada, temiendo por su vida. Vive sola con su padrastro (Royloot). Circunstancias de la vida la llevan a atravesar las mismas experiencias que vivió su única hermana antes de morir de manera misteriosa.

Holmes y Watson se trasladan a la casa en el campo de la joven, donde deberán enfrentar al violento padrastro y la desconocida amenaza que se cierne sobre la joven.

La manera en que Sherlock resuelve el enigma es sensacional.


1979. La Marca Sangrienta

El inicio del film no podría ser mejor. Watson llega al 221b de la calle Baker. Al abrir la puerta, escucha disparos. Sube las escaleras apurado, toma su revolver y se dirige a la sala central. Allí se encuentra al propio Sherlock Holmes disparando contra la pared. “Estoy aburrido” es la explicación, bastante peculiar, para su comportamiento.

Holmes intenta superar su aburrimiento aprovechando la presencia de su nuevo compañero. Primero le propone una partida de ajedrez, en la que le da ventaja al principio para llegar al jaque mate rápidamente; saca las características del hermano mayor de Watson a través de su reloj y hasta se divierte al acercarse a la ventana y describir a la perfección a alguien que camina por la calle, ante la sorpresa de Watson y que no es otro que Mycroft Holmes, su hermano (una buena manera de introducir al personaje que igual no participa en el episodio).

Una carta nuevamente pone en acción a Holmes. El detective Gregson lo convoca a la escena de un extraño crimen: un hombre ha sido asesinado sin marcas visibles pero con salpicaduras de sangre a su alrededor. Allí hace su aparición Lestrade, presentado como un hombre simple, de poca capacidad deductiva pero orgulloso de su labor y que lleva en sus brazos a su perro. Sherlock Holmes descubrirá la palabra “revenge” (venganza) escrita con sangre en la pared y un anillo. Ambos elementos serán las claves para encontrar al asesino.

A diferencia de la aventura anterior, Holmes adelanta mucho menos de sus conclusiones y no será hasta bien avanzada la historia que se nos presentaran las ideas más fuertes para solucionar el enigma.

Una película excelente al igual que la anterior. En lo técnico nuevamente es una joya, los créditos son excepcionales, y además han mejorado la filmación de las escenas en exterior -el punto débil de la primera-. Argumentalmente da menos indicios al espectador, aunque esta dinámica es más parecida a la de los textos literarios de Sir Conan Doyle.


1980 – El rey de los chantajistas +
Lucha a muerte + La caza del tigre

El rey de los chantajistas inicia con Holmes y Watson viajando en un camarote de tren. Mientras el segundo se afeita, el primero lee el diario en búsqueda de asesinatos. Al llegar al 221B, Holmes tiene un delicioso dialogo con la señora Hudson:
“-Este polvo, sañor Holmes, es responsabilidad suya. ¿Por qué no me permite limpiar su habitación?
-¡Señora Hudson! Si pudiera, prohibiría limpiar por completo.¡A todo el mundo, en cualquier parte y en cualquier momento! Su limpieza, señora Hudson, es como arrancar los jeroglíficos de los muros egipcios. Tras algo sí, los egiptologos no tendrían nada que hacer. Tendrían que enfrentarse con piedras absolutamente desnudas, sin rastros de información”.

Una carta de Mycroft los espera. Cuando Sherlock alaba el poder deductivo de su hermano, Watson le llama la atención sobre la alternancia de su carácter: arrogante de a momentos, modesto por otros.
El encuentro es en el club Diógenes, donde está prohibido hablar salvo en una habitación para invitado. Sherlock toma el caso de una señorita que es chantajeada por Milverton, el mayor especialista en ese delito en Londres. Un personaje que aparece por la ventana da pie a un duelo deductivo entre los hermanos.
Cuando Holmes regresa a su casa, es sorprendido por el chantajista, y entonces decide que no tiene otra opción que robar en la fortaleza de este.

La idea de “robar al ladrón” no es obviamente novedosa, pero tampoco es mala en sí misma. Sin embargo, la puesta en escena no funciona como se esperaría. Estas versiones de Holmes y Watson se ven incómodas en el papel doble de ‘caballeros ladrones’, aunque nos deja algunas buenas escenas.
El film vuelve a despegar hacia su final, tras la resolución, cuando Holmes recibe una carta de amenaza, firmada con un símbolo de cuatro espadas cruzadas que forman la letra M.

En Lucha a muerte, Holmes despliega las fichas de su archivo personal en busca de la persona detrás de la particular firma de la carta.
Junto a Watson se dirigen a un salón de juego de poker, donde participa el Coronel Moran, quien es conocido por su brutalidad durante en el ejército. Holmes es convocado a una particular reunión dejando a Watson en la vigilia del Coronel. Tras una serie de desvíos, Sherlock se enfrenta cara a cara con el profesor Moriarty. Ese enfrentamiento de palabras y con “las cartas sobre la mesa” es de lo mejor del film. De vuelta en Baker Street, Sherlock le informa a Watson que deberán abandonar Londres debido al peligro que enfrentan, llegando en ese viaje hasta las famosas cataratas de Reichenbach

(Hay algo de la mítica El bueno, el malo y el feo en la estética ese enfrentamiento final)

En La caza del tigre, un joven que participaba del juego de poker con el Coronel Moran es asesinado. Lestrade toma como principal sospechoso al doctor Watson, ya que este le había advertido del peligro que corría el joven por un conflicto con el Coronel. Para peor, Watson debe enfrentar la investigación sin la ayuda de su amigo Sherlock Holmes tras lo sucedido en las cataratas, cuya ausencia parece disfrutar el inspector Lestrade.


CAST Y PRODUCCIÓN (1979-1980)

Director: Igor Maslennikov
Guión: Yuli Dunsky, Valeri Frid , Vladimir Valutsky
Música: Vladimir Dashkevich
Fotografía: Yuri Veksler, Anatoly Lapshov,
Producción: Lenfilm Studio

Actores:
Vasily Livanov (Sherlock Holmes),
Vitaly Solomin (Watson),
Rina Zelenaya (Mrs Hudson),
Borislav Brondukov (Lestrade, 1979)
Maria Solomina (Helen)
Feodor Odinokov (Royloot)
Igor Efimov (Lestrade, 1980)
Boris Klyuev (Mycroft)
Nikolai Kryukov (Coronel Moran)
Viktor Yegrafov (Moriarty)

Por Pablo Testa
Octubre 2022 – Enero 2023

Sherlock Kholms i doctor Vatson (1979-1986). Reseña en cuatro partes:

1 Introducción

2 Las películas – Primera Parte (1979-1980)

3 El Sabueso de los Baskerville (1981) 21 de enero de 2023

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