Una mujer besa apasionadamente a un hombre al que no conoce. Él se muestra sorprendido. No sabe que con ese beso queda marcado para que un grupo de gangsters le disparen a mansalva y el hombre cae muerto. Pero todo es un set de filmación, donde se esta llevando a cabo la grabación de la película “The death kiss” (el beso de la muerte en castellano). Todo parece normal salvo por un detalle: el actor no se levanta del piso; está muerto. Rápidamente se toman las primeras medidas: nadie sale del set, se requisan las armas de la grabación y personales, se convoca a los directivos del estudio y a la policía, que le avisa a la prensa de lo sucedido.
El set se convierte en un ambiente repleto de personas y tensiones. El director del estudio está presente (interpretación de Béla Lugosi), el mismísimo propietario del estudio y la policía. La primera sospechosa es la ex esposa del actor fallecido. Un guionista de películas policiales cree en su inocencia y buscará dar con el culpable.

Una buena idea bien llevada adelante, enfocada en la investigación en paralelo del guionista y la policía. Si bien no logra sostener la tensión en sus 70 minutos de duración, vale la pena destacar hacía el final una particular secuencia. El guionista está a punto de decir el nombre del asesino pero las luces se apagan. La policía enciende sus linternas y se produce una persecución del culpable en una excelente escena de luces y sombras, de oscuridad y luz de gran realización por el equipo técnico de la película.

The Death Kiss fue dirigida por Edwin Marin y producida por K. B. S. Productions y Sono Art-World Wide Pictures. La fotografía estuvo a cargo de Nobert Brodine. En el reparto encontramos a David Manners, Adrienne Ames y John Wray.

Por Pablo Testa
Diciembre 2023

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