Es una contradicción interesante. Argentina, cuna de grandes escritores de policiales y cuyo cine se nutrió del género durante su época de oro (’40-’50) ha ido perdiendo interés en producir películas policiales. Nueve Reinas (2000) y El Ángel (2018), con dos temáticas distintas, podrían haber dado pie a nuevas series o films. Algunas lo intentaron, con un éxito dispar. Es rescatable tanto la idea como primeros episodios de La última hora (2016) con Daniel Aráoz (1).

Brasil, por su parte, es un país en dónde a la literatura policial negra le constó instalarse, como bien señaló Marçal Aquino en una conferencia (2).

El cine de Brasil está marcado por corrientes más experimentales en el plano visual y con temáticas fuertemente sociales.

El cine de Brasil explotó con un combo explosivo: la aclamada Ciudad de Dios (2002), seguida por las dos películas de Tropa de Elite (2007 y 2009) (3).

Varios escritores, guionistas y directores estuvieron atentos a lo sucedido y dieron paso a una serie de producciones cinematográficas y televisivas que reivindicaron al género, cuya vertiente literaria tanto había empujado por hacerse un lugar.

O invasor (2001), es una película independiente basada en el primer libro de Marçal Aquino y adaptada por él mismo. O Caçador es de 2014 y se trata deuna miniserie de TV producida por la gran cadena O Globo, con guión también de Aquino.

O Invasor (2001)

¿Qué puede salir mal?

El film nos introduce en distintos submundos de Río de Janeiro, Brasil. Dos amigos, Giba e Iván, se encuentran con alguien (a quién no se le ve la cara) y le entregan mucho dinero en una escena cargada de nerviosismo. Luego Giba lleva a Iván a un bar nocturno para festejar.

Las escenas siguientes nos van aclarando la situación. Giba e Iván son dos de los tres socios de una empresa constructora en Río de Janeiro. El tercer socio es Esteban, quién se niega a participar de un negociado con el Estado, que incluye sobreprecios y otros elementos ilegales. Por recomendación de otro conocido, Giba contacta a un sicario, Anisio, la persona que veíamos de espaldas al inicio. Iván se arrepentirá luego, pero ya no había vuelta atrás.

Con su trabajo ya realizado, Anisio empieza a aparecerse en la oficina de Giba e Iván. Insiste en ser socio de la firma a cambio de su silencio. Se impone como capataz. Comienza a salir con Marina, la hija del conocido de Giba. La relación de pareja de Iván se deteriora. Giba negocia a sus espaldas. Todo prepara un cocktail explosivo.

Una lectura simple podría decir que estamos ante una película sobre la pobreza, la miseria humana y las diferencias sociales. Pero la película va mucho más allá de esas tópicas. El eje de la película, al menos en su primera mitad, pasa por una temática de forma: ¿Qué sucede cuando esas acciones fuera de la ley que en el imaginario colectivo se resuelven fácilmente, suceden en la realidad –de la película-?
La invasión del sicario a la vida cotidiana de Iván y Giba rompe todos sus esquemas. A la vez, no hay una visión moralizante. El torbellino de la pareja de Anisio y Marina es mutuo. Giba sigue adelante con el negocio.
Cuando todas las fichas estaban en su lugar para ver como se desarrollaba un enfrentamiento, la película pega un giro de 180% sumergiendo al espectador en el caos que se desarrolla en el film. Protagonistas, con cámara en mano, que lucen desorientados, que se pierden en fiestas electrónicas.
En lo personal, me agradó más la primera parte, en un estilo policial noir brasileño.

La película incluye varias escenas de sexo.

O Caçador (2014)

Después del desastre

La historia sucede en la gigante Río de Janeiro, una ciudad que a la fecha de estreno tenía 16 millones de habitantes y un enorme contraste social.

Un joven llega a una parada de autobús, que parece estar ubicada en medio de la nada. Allí se encontraba ya un anciano, quién sólo parece buscar el paso del tiempo. El anciano le dice al joven que el olor que lleva consigo no se lo sacará por mucho tiempo. El muchacho se huele la ropa. El viejo ríe. Se refería al olor a prisión.

El joven, entre aburrido y molesto, le cuenta su historia.

Su nombre es Andrés y es un ex policía. Tenía futuro en la fuerza, apoyado en ser hijo de un reconocido comisario, en proceso de retiro. Se especializaba en rastrear personas en la enorme ciudad, sobre todo en las grandes favelas, con sus bandas narcos que pelean por el control del negocio. Sus problemas comienzaron cuando es secuestrada la hija del jefe de de una de estas bandas, por un grupo enemigo. Lo que parecía un operativo bien encaminado se desvanece y Andrés no logra evitar caer una trampa, siendo arrastrado a la expulsión de su trabajo y una condena a prisión.

Cuando el anciano le hizo aquella pregunta, Andrés recién había salido de prisión tras dos años y medio de encierro. Pero el relato se ve sorpresivamente interrumpido por una balacera.

Para Andrés, limpiar su nombre no será una tarra sencilla. Sin posibilidad de volver a la policía, acepta la propuesta de trabajo que le hace un compañero que sigue en la fuerza. Su nueva ocupación será la de cazarecompesas, utilizando sus conocimientos para ‘cazar’ a prófugos extranjeros que se ocultan en Río de Janeiro con el objetivo de entregarlos a la justicia d su país.

A lo largo de los episodios, Andrés irá buscando sus propias respuestas.

Cada capítulo es autoconclusivo y algunos poseen estructuras similares, por lo que se recomienda evitar las famosas “maratones”.

O Caçador incluye varias referencias culturales interesantes. En su segundo episodio, parte de la cultura africana se hace presente en un ritual de la comunidad haitiana del país.

Al igual que O invasor, contiene escenas de sexo.

Pablo Testa
Febrero Marzo – 2021

Actualización Septiembre 2021

Notas

(1) Puede decirse que el espacio para las series del género en buena medida lo ocuparon las reconstrucciones realistas, como Mujeres asesinas. Botines probablemente haya sido la mejor en términos de no-ficción, con una enorme calidad visual. Otro tanto del realismo fue a parar a las cárceles, de Tumberos a El Marginal, con Sol Negro como primo cercano con un hospital psiquiátrico como contexto.

(2) Marçal Aquino, escritor y guionista, habitual invitado de la BAN! Buenos Aires Negra:

primera parte
segunda parte

(3) Así como Roa Bastos señalaba que Paraguay era una “isla rodeada por tierra”, Aquino señaló en una ocasión que entre Brasil y Argentina más que una frontera geográfica, lo que hay es una muralla idiomáticica

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