Para finales de la década del ’50, dos elementos confluían en el cine de manera fundamental.
Por un lado, Vincent Price ya era un actor de renombre. Había protagonizado películas como La Mosca (The Fly, 1958) y El museo de cera (1953), ambas dentro del género fantástico y terror, y había participado en películas de culto, como Los diez mandamientos (1956) del maestro Cecil B. deMille.
A la vez, la productora británica Hammer ya había dado un cimbronazo al mundo del cine con su nuevas versiones de Frankenstein (1957) y Drácula (1958) con una estética oscura y gótica.
Ambos mundos se encontrarían en la década del 60 con las adaptaciones que Vincent Price protagonizó de los cuentos de Edgar Allan Poe.

Pero antes, el año 1959 fue el escenario para el estreno de dos películas geniales, que de alguna manera intermedian entre ambas etapas, a la vez que constituyen un estilo en sí mismo. The Bat -la película que nos ocupa- y The House on Haunted Hill.

Es interesante señalar que si para finales del siglo XX lo fantástico, el terror y la ciencia ficción son compartimientos separados, esta división no siempre fue así (lo que en el siglo XXI suele entenderse por terror esta muy determinado por el gore como subgénero basada en impresionar y asustar). Pero si se piensa en los clásicos de la literatura de terror, se vuelve a las dos obras icónicas (las de Bram Stoker y Mary W. Shelley), cuyas adaptaciones mencionamos para la Hammer. Es en este sentido que históricamente estos géneros se entre-mezclan, añadiendo al policial y las aventuras (el Drácula de Stoker bebe mucho de ambas).

El péndulo

Cuando uno observa los afiches de The Bat de la época de estreno, la primera pregunta puede ser ante que tipo de film estamos. ¿Es una película de terror, fantástica, de suspenso?

Una de los desarrollos más interesantes de lo fantástico la dio Tzevan Todorov, en su icónico libro Introducción a la literatura fantástica. Allí lo define como un elemento disruptivo en la vida cotidiana de los protagonistas de una historia, sin que se pueda definir de antemano el origen natural o sobrenatural de ese cambio.

En la película, el “murciélago” es una una maldición que asecha un antiguo caserón, conocido como «el Nido», en una pequeña comunidad.

Todos los que vivieron allí han muerto. Pese a todas las precauciones de su actual propietario, al Nido llega una escritora de relatos policiales, Cornelia Van Gorde, en búsqueda de descanso (interpretada magistralmente por Agnes Moorehead).

Allí se darán cita también el jefe de policía local, quien investiga la desaparición del encargado del banco local, el doctor Malcom Wells (Vicent Price) y el servicio doméstico de Van Gorde (un hombre y tres mujeres).

Cuando comienzan las muertes, la duda se apodera del nido: ¿es una fuerza natural o sobrenatural la responsable?

Volviendo a Todorov, el especialista en Teoría Literaria caracteriza que lo fantástico representa esa ondulación pendular entre las dos posibles respuestas a la pregunta realizada anteriormente. Está en la duda más que en la respuesta. Si finalmente estamos ante una presencia sobrenatural, se trata de lo maravilloso, que traslada sus propias reglas (como la existencia de monstruos o vampiros) al mundo ‘normal’. Si es de origen humano, es lo extraño.

En ese péndulo, The Bat no es todo lo sólida que será House on hanted hill, pero tiene sus propios y destacados méritos.
El policial y el misterio es llevado con la grandeza de las películas de la época de Hollywood (Crane Wilbur es el guionista y director del film).
La fotografía, a cargo de Joseph F. Biroc, es simplemente brillante, como puede verse en las imágenes que acompañan esta nota.
Como dato técnico adicional (proveniente de filmaffinity) la película fue producida por Liberty Pictures.

por Pablo Testa
Julio 2022

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