“Dequeísmo”
(Relato breve)
-Dequeísmo. –Dijo el médico, con tono grave y cruzando los dedos al mismo tiempo que los apoyaba en la mesa que tenía delante de él. Bajó por un instante la mirada, y la volvió a subir, esperando inevitablemente las preguntas.
-¿Es grave? –Le pregunté.
-Grave. –Asintió escueto. Luego me miro firme pero flexible, como siguiendo un protocolo memorizado.
Decidí asimilar poco a poco el golpe. Recorrí el consultorio con la mirada. El cuadro paisajista pintado a puntillas, con vivos verdes y azules, firmado por un pintor desconocido, el diploma de médico, el del doctorado, las paredes pintadas de blanco.
-¿Es algo hereditario? –Inquirí. –Nadie en mi familia lo ha tenido, al menos que yo sepa. Nunca lo escuché mencionarlo ni a mi madre ni a mi padre.
-No sabemos. –Respondió. –Es de origen desconocido, poco estudiado hasta ahora. Pero grave. Muy grave…
-¿Qué tan grave, doctor? –lo interrumpí. No podía seguir soportando esa información a cuentagotas.
-Seis meses, a lo sumo. Empieza apenas imperceptible y se irá agravando poco a poco, hasta consumirlo.
Se hizo un silencio incomodo. No estaba preparado para tanto. –Seis meses… -repetí en seco. -¿De qué voy a hacer ahora?
Pablo Testa, 2017